Explorar la región
Ayuujk es caminar por bosques de neblina y montañas majestuosas,
atravesar vastas mesetas y contemplar las hondanadas, cimas y simas
desde la altura del Zempoaltepetl; es recorrer las plazas de los
pueblos llenas de gente, hablantes del “idioma florido”, con
vestimentas elegantes propias de su cultura; es mirar los lugares
míticos con historias y leyendas de este pueblo invencible.
La región ofrece
multitud de paisajes, tipos de cocina, actividades, músicas,
ecosistemas, variantes dialectales del idioma Ayuujk, artesanías,
arte e historia. La accidentada topografía montañosa ha producido
una ilimitada y colorida variedad de lugares, pueblos y tradiciones
diferentes, cada vez más al alcance. Gracias a una mejora constante
en las comunicaciones y a novedosas iniciativas turísticas, nunca ha
sido tan fácil practicar senderismo por las remotas montañas de la
región, contemplar el cielo azul desde la punta del Zempoaltepetl,
degustar un platillo de peces de criadero o ir caminando hasta los
apartados parajes alrededor de las cabeceras municipales.
Pero quien sea algo menos
activo, puede deleitar su sentidos con las piezas de música
interpretadas por las bandas filarmónicas existentes en la región,
con piezas de música de categoría mundial, con la compra de
productos artesanales inmejorables, con mercados de frenética
actividad, con una sabrosa y singular comida, con acogedoras casas de
huéspedes y con preciosos pueblos con historia y cultura
ancestrales.
Al final del día, el
visitante tiene la opción de relajarse con un tepache, pulque o
mezcal y convivir con la gente local e involucrarse en sus
actividades culturales. Por la noche, si es fiesta patronal, se puede
probar el lujo de los pequeños comerciantes locales o perderse en el
color, la música, la diversión, los fuegos artificiales y el
espectáculo de alguna de las animadas fiestas de la región: hay
casi cada quince días y no lejos de donde uno se encuentra.
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