martes, 24 de julio de 2012

Vivir con la música en el alma. Tlahuitoltepec en la Guelaguetza

Pasearse por las calles de la ciudad de Oaxaca en esta época de los festejos de la Guelaguetza es un verdadero placer y más si entre tanta alegría de la multitud descubres la presencia de tu pueblo natal. Esto fue lo que me pasó el domingo cuando me dí una vuelta por el zócalo de la ciudad de Oaxaca.

El recorrido comenzó en el zócalo, caminamos hacia la iglesia de la Soledad, luego caminamos hacia la iglesia de Santo Domingo, y fue allí donde escuchamos notas musicales interpretadas con gran profesionalismo. ¿De que banda será? Tocan como si fueran de Tlahui, el nacer, crecer, vivir, morir con la música filarmónica ha logrado en nuestros oidos distinguir entre una excelente interpretación de la que no lo es. Seguimos los ritmos sonoros, como cuando se sigue el olor de la comida, y ... con mucha emoción llegamos a la altura de la calle del Carmen, y.... en un templete estaban, todas ellas con el traje característico de mi pueblo. Es la banda femenil de mi pueblo, mira la que los dirige es Leti, mira allá está la maestra de danza tocando la tarola, ¿estará también su hermana? recuerdo que ellas tocan en la banda.

Que elegantes trajes portan, nos unimos a la ovación que generan sus interpretaciones entre el público. Algunas piezas nos transportan al pueblo añorado. A la persona que me acompaña le salen lágrimas de la emoción, "me recordaron mi niñez" me cuenta, cuando cuidábamos a los chivos en la montaña y en la tarde se escuchaban los ensayos que hacían.

Aún ahora en Tlahui, en el vivir diario se escuchan las interpretaciones musicales. Hubo un tiempo en el que mi hermana, mi hermano y yo fuimos parte de la banda. Las lecciones que teníamos que entregar en las clases de solfeo, entre niños era un reto ver quien entregaría la mayor cantidad de lecciones, todas las tardes a las clases de solfeo hasta que al fin nos entregaron los instrumentos. Yo elegí un instrumento de acompañamiento, mi hermano escogió la tarola, percusiones, mi hermana el sax. Y así comenzaron los ensayos, trabajar en grupo, en equipo, en colectividad. Y si no queríamos ir, ya llegaban los "lapäntë", personas comisionadas por el pueblo para ver que los niños de la banda estuvieran en las mejores condiciones, hay que ir por que hay fiesta, hay que ir por que un pueblo los invitó, hay que ir por que la autoridad necesita a la banda, hay que ir por que se murió una persona, etc. Los motivos eran varios.

Con el tiempo, cada uno se dedicó a otras actividades. Pero el gusto musical, y la apreciación por la música quedó en el alma y en nuestra vida. Que gusto vivir con la música y que gusto ver que Tlahuitoltepec muestra el alma de la Región Ayuujk. 

0 comentarios:

Publicar un comentario